No juzgo un trabajo en función del medio al que esté destinado. Lo único realmente importante es la historia, el texto. Luego hay otros criterios a valorar cómo es el personaje concreto que te ofrezcan, quién dirige el espectáculo, tus compañeros de reparto, el dinero… Pero si la historia es interesante siempre vale la pena.
Trabajar con gente como Luis Merlo o Amparo Baró en 'El internado' y Maribel Verdú y Javier Cámara en 'Los girasoles ciegos' es lo equivalente a tener los mejores maestros. Te enseñan cosas que no vas a aprender en ninguna escuela. No solo en lo relacionado con la actuación. Hay muchos aspectos ajenos a la actuación que son necesarios para sobrevivir en esta profesión. La actitud que hay que tener en un rodaje, el comportamiento con los medios y con el público, el respeto a los veteranos.
Entre mis próximos proyectos, está la próxima temporada de 'El Internado', acabar la carrera de Comunicación Audiovisual, mejorar mi inglés, volver al gimnasio, conseguir que el equipo de fútbol que he montado con mis amigos quede de mitad de la tabla para arriba, volver a tocar el saxofón y aprender a dar saltos mortales.
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